martes, 2 de octubre de 2007

SECUESTRO

Caía la tarde. Cansados de jugar, volvíamos a casa planeando la diversión del próximo día. De pronto, nos detuvimos todos a la vez. Aquella vieja casona, abandonada por años, apareció ante nosotros con su portón parcialmente abierto. Fue tan grande la curiosidad que decidimos entrar. Al estar adentro sentí como un escalofrío que me corría por todo el cuerpo y le dije a mis amigos :
-Salgamos de acá, tengo un mal presentimiento .Para ellos esto era un juego más y no escucharon más palabras, solo me contestaron :
-No te preocupes Andrés, es solo una casa vacía .
Entramos en un cuarto oscuro, allí nos avanzó un olor nauseabundo y eso era poco para lo que empezamos a escuchar. Miramos alrededor nuestro y no se veía nada, solo los rayos de luz que entraban por las ventanas y que estaban tapiadas con chapas y maderas. Al oír ese quejido tan extraño se nos pusieron los pelos de punta, era como de un animal que estaba allí junto a nosotros.
Paco, uno de mis amigos, caminó hacía el centro y notó que al pisar sonaba distinto; estaba pisando una tapa, la cual estaba cerrada con candado. Todos nos hincamos y empezamos a golpear y preguntamos :
-¿Hay alguien ahí?. El miedo fue aun mayor, era tan grande el susto, que salimos corriendo hasta la comisaría del pueblo para contar lo que habíamos descubierto. Al comisario le quedó una curiosidad y salió para la casona a comprobar.
Cuando llegó se encontró con Tomas. Este era mi padre. Él, asombrado le preguntó: -¿Qué está haciendo?
- Estoy cerrando esta puerta que se abrió con el viento. El comisario le comentó a papá lo que le habíamos dicho.
Mi padre estaba en un estado muy nervioso. Debido a su actitud, el comisario se vio obligado a llevarlo a la comisaría, donde lo interrogaron, hasta que se vio obligado a declarar la verdad.
Tomas dijo:
-ya no aguanto más este secreto, y así fue que explicó lo que había en el sótano, no era un animal, solo era mi hermana, que había sido raptada cuando tenia apenas 2 años por su propio padre y secuestrada en esa vieja casona. Desde su desaparición ya habían pasado 10 años.
Cómo pudo mi padre mantener esa terrible crueldad, no se sabe. La explicación que dio fue que no quería tener una hija mujer en su casa. Papá fue condenado a cadena perpetua. Mamá se hizo cargo de Ana, la cual fue internada en una clínica de recuperación. Nunca me imaginé que una tarde de regreso a casa encontraría a mi hermana que tanto la recordaba. Fue una noticia muy fuerte para toda la familia y para el pueblo. Nadie imaginaba que aquel hombre que se llevaba bien con todos y no se le veía malicia ninguna, había secuestrado a su propia hija y había guardado esto por tantos años.

Alicia Lima
3ro A

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